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La adopción e implementación de buses eléctricos en Colombia

Escrito por Sebastian Waldmann

Imaginemos nuestras vibrantes ciudades, con su incesante movimiento, en las que el transporte público es un componente esencial de la vida cotidiana de millones de colombianos. Históricamente, este pilar vital ha estado dominado por autobuses impulsados por gasolina y diésel. Sin embargo, estamos siendo testigos de una transformación profunda: los autobuses eléctricos están cobrando protagonismo.

¿Por qué es importante hablar de esta transición? La relevancia de la adopción de autobuses eléctricos va más allá de su impacto inmediato en la reducción de la contaminación atmosférica y en la lucha contra el cambio climático. Esta transición representa una oportunidad para mejorar la calidad de vida de todos los colombianos, reducir costos a largo plazo y situar a Colombia como pionera en movilidad sostenible en América Latina.

En el contexto colombiano, la adopción de autobuses eléctricos adquiere una especial relevancia. En ciudades densamente pobladas y con altos niveles de contaminación del aire, como Bogotá y Medellín, la transición hacia el transporte público eléctrico puede marcar una diferencia sustancial en la calidad de vida y salud de las personas. Además, esta transformación fomenta el desarrollo sostenible, al generar empleo, estimular la innovación y reducir la dependencia del país en combustibles fósiles.

En este artículo, indagaremos en la adopción e implementación de autobuses eléctricos en Colombia. Examinaremos su estado actual, los beneficios y retos que conlleva esta transición y presentaremos ejemplos de éxito.

 

El estado actual de los buses eléctricos en Colombia

Actualmente, Colombia se está sumando al movimiento global hacia un transporte más ecológico. En marzo de 2022, la Alcaldía de Bogotá añadió más de 400 nuevos autobuses eléctricos a TransMilenio, elevando el total de su flota eléctrica a 1.061 unidades. Medellín, con la aspiración de convertirse en el epicentro de la movilidad eléctrica en Latinoamérica, incorporó 65 autobuses eléctricos a su red de transporte público en 2019. Cali no se ha quedado atrás y ha sumado 26 autobuses eléctricos a su sistema de transporte [Fuente]

El Gobierno de Gustavo Petro en Colombia ha mantenido reuniones con representantes de varios países europeos para dialogar sobre la adopción y desarrollo de la electromovilidad, las energías limpias y la industria del hidrógeno verde.

Cristian Díaz, Viceministro de Energía, sostuvo un encuentro con expertos de Portugal para aprender sobre cómo impulsar la movilidad eléctrica en Colombia, inspirándose en los éxitos de Portugal en áreas como la regulación y la infraestructura de carga. Por su parte, el Reino Unido se ha comprometido a ayudar a Colombia en su transición hacia energías limpias, aportando soporte técnico y financiero, que incluye una inversión de 40 millones de dólares y la donación de 400 autobuses eléctricos para Bogotá. Este compromiso ya está favoreciendo áreas como la movilidad eléctrica y la energía eólica en Colombia. [Fuente]

Finalmente, la Ministra de Energía, Irene Vélez, mencionó que uno de los principales objetivos del gobierno es firmar un memorando de entendimiento para la producción de hidrógeno verde en Colombia y su exportación a Europa. Además, señaló que en marzo de 2023, Transmilenio presentó su primer bus de hidrógeno, un proyecto que requirió una inversión de 22 mil millones de pesos y que fue financiado en parte por el Fondo de Energías No Convencionales, Ecopetrol y Fanalca.

 

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Los beneficios de la transición a buses eléctricos

La adopción de buses eléctricos en Colombia representa una estrategia efectiva para minimizar el significativo impacto medioambiental del sector del transporte, reduciendo las emisiones de gases contaminantes y mejorando la calidad del aire. Además, ofrece importantes beneficios económicos, como la disminución en los costos operativos y la generación de nuevos empleos en el sector de energías renovables.

 

Beneficios ambientales

La electromovilidad ofrece una serie de beneficios universalmente positivos, y en un país como Colombia, estas ventajas se destacan de manera particular. Estos beneficios van desde la disminución en las emisiones de gases de efecto invernadero y la reducción de la contaminación del aire, hasta la disminución de la dependencia de los combustibles fósiles y la mejora en la eficiencia energética. Además, proporciona la oportunidad de incorporar energías renovables, lo cual plantea un panorama particularmente prometedor.

La urgencia de una estrategia sostenible como la electromovilidad se refleja en los retos ambientales que Colombia enfrenta. De acuerdo a una encuesta realizada por Ipsos, la contaminación del aire es uno de los principales problemas ambientales en el país.

El alcance de esta problemática se enfatiza en un informe de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), en el que se destaca que el 38% de las emisiones de PM2.5 en Colombia provienen del sector del transporte. Esta mala calidad del aire repercute negativamente no solo en la salud pública, especialmente en aquellos que viven cerca de carreteras con tráfico intenso, sino también en el medio ambiente. El aire contaminado puede degradar la calidad del agua y dañar la biodiversidad, amenazando el equilibrio ecológico del país.

Por lo tanto, la adopción de autobuses eléctricos se posiciona como una estrategia esencial para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, a la vez que preserva la riqueza ecológica de Colombia y garantiza su sostenibilidad a largo plazo.

 

Beneficios económicos

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Escuela de Economía de la Universidad Sergio Arboleda en Colombia unieron fuerzas en septiembre de 2022 para organizar el taller "Jornadas sobre Perspectivas de Electromovilidad en Colombia y Bogotá". El propósito principal de este evento fue analizar los impactos económicos de la implementación de la electromovilidad en Colombia.

Según el estudio presentado, una flota de 5.000 autobuses eléctricos consumiría alrededor de 1,6 GWh de electricidad por día. En comparación, los autobuses diésel, que son los que se utilizan comúnmente en la actualidad, consumen tres veces más energía. Esto sugiere que el cambio hacia la electromovilidad podría conllevar una reducción significativa en el consumo de energía en el sector del transporte.

Durante el estudio, se evaluaron dos posibles escenarios para la implementación de la electromovilidad. En el primero, no habría una sustitución directa entre los combustibles fósiles y la electricidad, y en el segundo, sí la habría. En ambos casos, se proyectó que la transición hacia la electromovilidad tendría un impacto positivo en el Producto Interno Bruto (PIB) y en el empleo total del país.

Finalmente, el estudio concluye que, para lograr un mayor impacto en el PIB y en el empleo, se recomienda ampliar el plan de electromovilidad para incluir vehículos de carga y vehículos livianos.

 

Los desafíos de la implementación de buses eléctricos en Colombia

A pesar de su rentabilidad a largo plazo, el costo inicial de los autobuses eléctricos presenta un desafío financiero para las empresas de transporte que desean implementarlos en Colombia. No obstante, un futuro alentador se vislumbra cuando las políticas gubernamentales y las iniciativas del sector privado se unen para superar este obstáculo. Con la implementación de incentivos fiscales, subsidios y opciones de financiamiento asequibles, el costo inicial de estos vehículos podría volverse más manejable para las empresas de transporte.

Asimismo, la infraestructura de recarga insuficiente es otro desafío que debemos superar para el despliegue total de los autobuses eléctricos en Colombia. Este problema demanda inversiones importantes y un enfoque estratégico para desarrollar estaciones de recarga accesibles y eficientes. Afortunadamente, ya hay muestras alentadoras en este frente: Terpel, una empresa colombiana, ha revelado sus planes para inaugurar cuatro nuevas estaciones de recarga específicamente diseñadas para vehículos eléctricos pesados. Con una inversión proyectada de US$1 millón, la primera estación estará operativa en Cali desde diciembre de este año. Las estaciones de Chía, Girardota y Barranquilla están programadas para comenzar operaciones en 2024. Además, Terpel ya dispone de 14 estaciones de recarga en el país y tiene la expectativa de ampliar este número a 27 antes de que termine el año. [Fuente]

 

Casos de éxito de la implementación de buses eléctricos en Colombia

Colombia se ha convertido en un epicentro de progresos significativos en el campo de la electromovilidad, con varios de sus centros urbanos más importantes tomando la delantera en la adopción de autobuses eléctricos.

Bogotá: referente en la adopción de autobuses eléctricos

Bogotá ha logrado destacarse como un ejemplo a seguir en la adopción de autobuses eléctricos en Colombia. Esto se debe a sus políticas públicas, incentivos fiscales y subvenciones. En 2023, Transmilenio puso en circulación el primer autobús de hidrógeno del país y anunció la adquisición de más de 400 autobuses eléctricos, así como la apertura de dos terminales de carga. Con una flota de 1.485 autobuses eléctricos, Bogotá se ha posicionado entre las ciudades líderes en transporte público eléctrico a nivel mundial.

Medellín: en la ruta hacia la capital de la movilidad eléctrica de América Latina

Desde 2013, Medellín ha sobresalido en Colombia por incorporar 65 autobuses eléctricos a su sistema de transporte público, estableciéndose como referente en movilidad eléctrica. Con la mira puesta en convertirse en la capital latinoamericana de esta modalidad, la ciudad ha demostrado los beneficios de adoptar tecnologías limpias y sostenibles. En 2023, Medellín ha continuado con su compromiso de promover la electromovilidad, anunciando la llegada de más autobuses eléctricos e iniciando un proyecto piloto con un autobús eléctrico operado por empresas de transporte público.

Cali: una apuesta por la integración de autobuses eléctricos al sistema MIO

Cali también ha demostrado un avance significativo en la electromovilidad en Colombia, integrando exitosamente una flota de 26 autobuses eléctricos a su sistema de transporte público, MIO. Esta iniciativa ha beneficiado la calidad del aire y la salud pública. Para 2023, la ciudad ha aumentado su adopción de autobuses eléctricos y estableciendo políticas públicas e incentivos que favorecen la electromovilidad.

 

Conclusiones y perspectivas de futuro

La implementación de autobuses eléctricos en Colombia ha demostrado ser una táctica efectiva para mitigar la contaminación atmosférica, disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover la salud pública. Es esencial seguir impulsando la adopción de autobuses eléctricos y otras formas de transporte ecológico para edificar un futuro más sostenible y saludable para todos.

Los gobiernos tienen un papel crucial en la promoción de la electromovilidad al implementar políticas y regulaciones que la favorezcan, como incentivos fiscales, subvenciones y el desarrollo de una infraestructura de carga apropiada. Del mismo modo, las empresas pueden colaborar adoptando vehículos eléctricos para sus flotas de transporte e impulsando la innovación en tecnologías limpias. Finalmente, los ciudadanos pueden respaldar esta transición con sus elecciones de consumo, seleccionando medios de transporte más ecológicos y eficientes y apoyando políticas y empresas que promueven la sostenibilidad.

En Enerlink estamos comprometidos con acelerar la transición hacia la energía limpia en Colombia. Creemos en la importancia de implementar soluciones energéticas limpias que no solo sean eficientes y sostenibles, sino que también sean accesibles y beneficien a la comunidad. A medida que avanzamos hacia el futuro, nos esforzamos por seguir desempeñando un papel activo en la transformación del panorama energético en toda América Latina hacia uno más limpio, verde y sostenible.

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