Las organizaciones que utilizan flotas de vehículos están acelerando la transición hacia la electromovilidad a nivel global. Ya son muchos los países y ciudades que han establecido metas e incentivos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y también las empresas que se han embarcado en esta transición que trae beneficios ambientales y económicos. Sin embargo, como en toda transición, existen múltiples retos para quienes deciden migrar a esta nueva tecnología. En este artículo, presentamos estos desafíos y sus soluciones.
Flota Eléctrica vs. Flota Convencional: ¿Cuáles son los principales puntos a considerar?
Precio
Los buses eléctricos requieren de una inversión un 30%-40% más alta, sin embargo sus costos de operación pueden ser un 50%-70% más bajos. Esto implica que los vehículos eléctricos son especialmente atractivos para los casos de uso de alto recorrido, ya que el ahorro operativo paga más rápido el mayor costo de inversión.
Contaminación
Por supuesto, destaca la gran diferencia en emisiones de GEI y otros contaminantes, lo que junto con los atributos de mayor comodidad y mejor experiencia de viaje, hacen que los vehículos eléctricos sean preferidos por los pasajeros, conductores y por la ciudadanía en general.
Autonomía
Por otro lado, una desventaja de los vehículos eléctricos es la autonomía, sin embargo, esto no representa un problema en la gran mayoría de los casos de alto recorrido. Por ejemplo, un bus puede recorrer 250 km diarios (91,250 km anuales), requiriendo una sola carga diaria, la cual puede realizarse de noche con bajos precios de energía.
Otra desventaja es el tiempo de carga, sin embargo, como veremos en la próxima sección, existen soluciones para esto.
Implementar una flota de vehículos eléctricos: ¿Cuáles son los principales desafíos y soluciones?
La carga demora mucho tiempo.
Hay que considerar que un vehículo con una batería promedio (una capacidad de unos 40kW), podría tomar hasta 20 horas en cargarse en un domicilio particular. Sin embargo, con un cargador rápido, ese tiempo puede reducirse incluso a 30 minutos para cargar hasta un 80% de la capacidad, y la tecnología avanza a pasos agigantados en este aspecto.
Sumado a esto, la mayoría de los vehículos pasan gran parte del día o la noche estacionados, por lo que si la carga se planifica correctamente podría nunca ser un problema para la operación. Si bien esto puede parecer desafiante para una empresa que administra toda una flota, existen software especializados en la gestión de la carga que entregan la solución a este desafío.
Los vehículos pueden quedar sin carga en el recorrido.
La autonomía de un vehículo eléctrico típico va en el rango de 200-300 kilómetros con toda seguridad. Esto puede parecer un poco al compararlo con un vehículo a combustión (con rangos sobre los 500 kilómetros), pero si consideramos las rutas comunes de la mayoría de los vehículos, la autonomía mencionada será más que suficiente para cubrir la mayoría de las tareas que se le exijan.
Para esto, es esencial que la carga sea bien administrada, porque así se asegura tener el nivel adecuado al iniciar la jornada, y tener disponible puntos de carga rápida de ser necesarios durante el transcurso de esta. En este gestión, el software especializado ayuda a evaluar en tiempo real el Estado de Carga (o SoC, "State of Charge"), evaluar los cargadores cercanos disponibles, y más; para así tomar las mejores decisiones.
El costo de la energía eléctrica varía según horarios y nivel de consumo.
Para empresas, consumir electricidad en el horario punta (de 6 a 10pm) es muchísimo más costoso, así como también tener variaciones muy grandes en su potencia consumida durante el día. A particulares igualmente les puede afectar la variabilidad por el límite de invierno.
Por eso, para evitar sorpresas en los cobros eléctricos, es necesario llevar un control centralizado de las cargas que sea capaz de reducir consumos en horarios más costosos, y detectar patrones de consumo dañinos.
La operación de vehículos eléctricos requiere infraestructura adicional.
En la mayoría de los casos, una flota eléctrica requerirá de la instalación de cargadores rápidos en distintos puntos. Esto trae desafíos técnicos al ser máquinas de alto consumo, y no necesariamente son fáciles de operar (y por cierto, son bastante costosos en caso de ser de muy alta potencia). Además, podría requerir inversiones adicionales en infraestructura (empalmes, etc).
Ante este panorama, es recomendable tener una buena asesoría para lograr el mejor diseño de electroterminales, que considere los costos de infraestructura, necesidad de operación, etc. Sumado a esta asesoría, un software especializado en la gestión de carga también logrará reducir el costo y la complejidad de esto ya que podría controlar la potencia máxima en ciertas horas de mayor consumo, y también ayudará a tener los cargadores operativos y disponibles por más horas al día, pudiendo incluso necesitar instalar menos puntos de carga para el mismo resultado.
Las baterías deben ser cuidadas para no perder garantías ni vida útil.
Siendo el componente más costoso de un vehículo eléctrico, cuidar sus baterías es esencial. Por esto, es esencial seguir en la medida que la operación lo permita las indicaciones del fabricante que suelen tener relación con la velocidad de carga (menor potencia cuida más las baterías), nivel de la carga (en general no se recomienda cargar al 100%) y otros.
Ahora bien, esto no necesariamente es tan intuitivo ni fácil de implementar, ya que cada fabricante pone distintos requerimientos para esto, muchas veces con procesos que si son manuales son impracticables para empresas con flotas de vehículos. Aquí, un software de gestión de carga inteligente también será de gran ayuda, ya que permitirá configurar potencia de carga, límites de carga, y más.
Conclusión
La electromovilidad global es una realidad del presente que está teniendo buenas proyecciones a futuro. Como se pudo apreciar, es una solución que trae beneficios económicos y medioambientales. Si bien existen desafíos en la implementación de una flota eléctrica, también existen soluciones disponibles para facilitar esta transición, por lo que no será extraño ver cómo cada vez más servicios de flotas tradicionales van migrando hacia la electromovilidad en nuestro país y el resto del mundo.