La movilidad es un componente fundamental en nuestras vidas, y cómo nos desplazamos tiene un impacto significativo en la economía, el medio ambiente y la sociedad.
En el corazón de esta transición en América Latina, se encuentra Chile. El país ha mostrado un creciente interés en el asunto y ha abrazado el desafío de la electromovilidad con determinación, adoptando iniciativas significativas para promoverlo. La electromovilidad en Chile es una realidad emergente y una pieza clave en la búsqueda de un futuro más sostenible y resiliente.
A lo largo de este artículo, analizaremos el estado actual de la electromovilidad en Chile, sus desafíos y oportunidades, y cómo este pequeño país sudamericano puede desempeñar un papel crucial en la revolución global de la movilidad eléctrica.
Chile es un país que alberga una diversidad de ecosistemas. Esta diversidad biológica ha fomentado una fuerte conciencia de la importancia de la preservación ambiental. Además, Chile ha experimentado directamente los impactos del cambio climático, como la escasez de agua y la pérdida de glaciares, lo que ha hecho más urgente la necesidad de una acción ambiental.
En las últimas décadas, el gobierno de Chile ha implementado una serie de políticas para proteger el medio ambiente y promover la sostenibilidad. Estas incluyen leyes para promover la generación de energías renovables, la Estrategia Nacional de Electromovilidad para fomentar el uso de vehículos eléctricos, y leyes de protección de áreas silvestres.
Existen también, factores económicos. Por ejemplo, Chile tiene reservas de litio, que es un componente clave en las baterías de los vehículos eléctricos. La relevancia de estas industrias para la economía chilena ha llevado al país a prestar atención a las tendencias globales hacia la sostenibilidad y la electromovilidad, ya que estas pueden tener un impacto significativo en estas industrias.
Estos factores combinados han ayudado a Chile a desarrollar una conciencia ambiental más fuerte que muchos de sus vecinos en América Latina.
Sin embargo, la electromovilidad en Chile es uno de los avances más notables en la conciencia ambiental del país, que es hoy uno de los líderes en Latam en la adopción de vehículos eléctricos, gracias a factores como la riqueza en litio y políticas progresistas.
Enfrentando la urgente necesidad de fomentar la conciencia ambiental, la electromovilidad en Chile se está posicionando como una solución clave para el futuro del transporte en el país.
De acuerdo con el informe de junio de 2013 presentado por la Asociación Nacional Automotriz de Chile (ANAC), las ventas de vehículos con tecnologías de cero y bajas emisiones experimentaron un crecimiento del 8,9% durante el primer semestre en comparación con el mismo periodo del año anterior, alcanzando un total de 3.510 unidades. Este resultado representa un hito histórico para la primera mitad del año en dichas categorías.
En junio, las ventas aumentaron un 23% en comparación con el mismo mes de 2022. Los vehículos completamente eléctricos (BEV) lideraron con un aumento del 60%, correspondiente a 176 unidades vendidas. Por su parte, los vehículos híbridos (HEV) mostraron un crecimiento del 50,6%, con 354 unidades comercializadas.
Hasta la fecha, en el año en curso, se han registrado 777 vehículos completamente eléctricos, reflejando un crecimiento acumulado del 40,5%. En cuanto a los vehículos híbridos, se han vendido 1.470 unidades, lo que marca un aumento acumulado del 30%.
Ventas a junio 2023 de vehículos livianos y medianos
Informe vehículos cero y bajas emisiones Junio 2023 - ANAC
En lo que respecta a los vehículos pesados, el mercado de buses eléctricos registró 957 unidades vendidas en los seis primeros meses de este año, lo que representa un incremento del 1.267%. Este auge se debe en gran medida a la incorporación de unidades eléctricas al sistema RED, con 843 buses, posicionando a Santiago como la ciudad con más buses eléctricos fuera de China. [Fuente]
Evolución ventas de buses eléctricos a Junio 2023
Informe vehículos cero y bajas emisiones Junio 2023 - ANAC
Con el propósito de obtener una flota de autobuses 100% eléctrica, el país cuenta con su primera fábrica de autobuses eléctricos, la Reborn Electric Motors, ubicada en Rancagua, a menos de 100 km de la ciudad de Santiago, con capacidad para producir hasta 200 autobuses eléctricos al año.
Este crecimiento ha ido de la mano con el incremento en la infraestructura de carga. A junio de 2023, el Ministerio de Energía ha registrado más de 900 puntos de carga pública en todo el país. Al incluir cargadores para vehículos livianos, medianos y pesados, este número asciende a 2.138. [Fuente] Se proyecta un continuo crecimiento en la disponibilidad de estos puntos de carga, asegurando que ningún conductor se vea en la necesidad de recorrer más de 60 kilómetros en carretera sin encontrar un punto de carga disponible. [Fuente]
En cuanto a la política chilena, se ha apoyado firmemente la transición hacia la electromovilidad. En 2018, el gobierno lanzó la Estrategia Nacional de Electromovilidad (Emov), que establece metas como que el 100% de las ventas de vehículos livianos sean eléctricos para 2035, y que para 2045 toda venta de vehículos ya debiera ser eléctrica. Además, la ley de Eficiencia Energética, aprobada en 2020, incluye incentivos para la adopción de vehículos eléctricos, como la exención del impuesto verde; sin embargo, no se contempla el beneficio de rebajas en las tarifas de peajes.
A pesar de los avances significativos, Chile enfrenta una serie de desafíos en su camino hacia la electromovilidad. Sin embargo, con políticas adecuadas, inversiones estratégicas y un cambio en la actitud del público, el país tiene el potencial de superar estos obstáculos y convertirse en un líder en electromovilidad en América Latina.
A pesar del descenso en los costos de los vehículos eléctricos y el aumento de su disponibilidad en los últimos años, aún persiste una diferencia significativa en comparación con los vehículos de combustión interna en términos de variedad de modelos y precios competitivos.
Es necesario fomentar la llegada de más fabricantes y distribuidores de vehículos eléctricos al mercado chileno, para aumentar la disponibilidad y diversidad de opciones para los consumidores. Además, se deben implementar políticas que reduzcan los costos de adquisición de vehículos eléctricos, como incentivos fiscales y programas de subsidios, para hacerlos más accesibles y atractivos para los compradores.
La adopción de vehículos eléctricos trae consigo nuevos desafíos de capacitación. Mientras la tecnología avanza, es esencial garantizar que existan servicios de mantenimiento y reparación adecuados para estos vehículos.
Los técnicos y profesionales del sector automotriz deben recibir capacitación adecuada para poder manejar y reparar vehículos eléctricos de manera segura y eficiente. Esto implica desarrollar programas de formación y certificación en electromovilidad, así como fomentar la colaboración entre fabricantes, concesionarios y talleres especializados para brindar un servicio de calidad a los propietarios de estos vehículos.
Adicionalmente, los equipos de emergencia también deben recibir entrenamiento específico, preparándolos para responder a accidentes que involucren vehículos eléctricos, dado el manejo particular de sus sistemas y baterías.
Aunque Chile ha realizado avances en la expansión de su red de carga para vehículos eléctricos, todavía enfrenta desafíos importantes en este aspecto.
Es una prioridad urgente mejorar y ampliar la infraestructura de carga para vehículos eléctricos, sobre todo en áreas rurales y remotas donde la disponibilidad de estaciones de carga es limitada. De esta manera se logrará expandir la adopción de vehículos eléctricos y la infraestructura de carga a lo largo y ancho de todas las regiones del país.
Esto implica tanto aumentar la cantidad de estaciones de carga disponibles en lugares estratégicos como centros comerciales, estacionamientos públicos y espacios públicos, como también mejorar la experiencia de los usuarios. Es necesario garantizar una infraestructura de carga confiable, rápida y fácil de usar, que brinde comodidad y confianza a los propietarios de vehículos eléctricos.
El gobierno de Chile ha demostrado un compromiso con la electromovilidad, pero la implementación de políticas efectivas puede ser un desafío. Esto incluye la promoción de incentivos fiscales para la adopción de vehículos eléctricos y la creación de un marco normativo que favorezca la inversión en infraestructura de carga.
Enfrentar estos desafíos requiere una combinación de acciones por parte del gobierno, el sector privado y la sociedad en su conjunto.
Mediante la implementación de políticas adecuadas, el fomento de la inversión y la sensibilización pública, Chile puede superar estos desafíos y seguir avanzando hacia una movilidad más sostenible y eficiente.
Finalmente, la transición a la electromovilidad requiere un cambio en la actitud y comportamiento de los consumidores. A pesar del creciente interés por la electromovilidad en Chile, aún persisten ciertas resistencias y desconocimiento acerca de los vehículos eléctricos.
Mirando hacia el futuro, Chile tiene una serie de oportunidades únicas para superar los desafíos y acelerar la adopción de la electromovilidad. Con beneficios que van desde el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental hasta la mejora de la salud pública y la innovación tecnológica.
Aprovechar estas oportunidades requerirá políticas efectivas, inversiones estratégicas y un compromiso continuo con la transformación del sector del transporte.
La transición hacia la electromovilidad abre un mundo de innovación y desarrollo tecnológico en Chile. Entre sus proyecciones, está el desarrollo de tecnologías de baterías más eficientes, sistemas de carga inteligente y nuevos modelos de negocios asociados a la movilidad eléctrica.
El vasto recurso de litio en el país también impulsa el progreso, al permitir a las instituciones de investigación y desarrollo enfocarse en crear soluciones más sostenibles y eficientes en el ámbito de la electromovilidad.
Asimismo, el crecimiento y evolución de la industria del litio generará una demanda creciente de mano de obra especializada, generando empleo tanto en la extracción y procesamiento del litio como en la fabricación de baterías y vehículos eléctricos.
En el futuro, con una industria fortalecida, Chile podrá exportar su experiencia y tecnología en litio, consolidando su posición y aumentando la influencia y el estatus de Chile en el escenario mundial de la electromovilidad.
La electromovilidad se convierte en un pilar esencial para la descarbonización del transporte en Chile, uno de los mayores contribuyentes a las emisiones de gases de efecto invernadero. Al adoptar esta movilidad sostenible, el país podrá reducir sus emisiones de carbono y avanzar hacia sus metas de sostenibilidad ambiental.
La transición hacia vehículos eléctricos contribuirá a mejorar la calidad del aire en las ciudades chilenas, al eliminar la emisión de contaminantes atmosféricos locales. Esto tendrá un impacto directo en la salud pública, al disminuir las enfermedades respiratorias y cardiovasculares asociadas con la contaminación del aire.
La transición hacia la electromovilidad promete generar un nuevo impulso para la economía de Chile. Con su riqueza en litio, el país puede posicionarse como un líder mundial en la cadena de suministro de este componente esencial para las baterías de vehículos eléctricos.
La creación de infraestructuras para la electromovilidad, como las estaciones de carga, generará empleo y fomentará el crecimiento económico local.
Chile ha logrado avances significativos en la expansión de la infraestructura de carga para vehículos eléctricos a nivel nacional, de los cuales un 40% se encuentran en regiones. Tanto el sector público como el privado están colaborando en la instalación de más puntos de carga en todo el país. Se proyecta que para 2023, habrá un incremento del 30% en los cargadores eléctricos públicos para autos en Chile.
El desarrollo de la infraestructura de carga abre oportunidades de inversión y crea empleos en la construcción, instalación y mantenimiento de las estaciones de carga. También, puede favorecer el surgimiento de nuevas empresas y startups centradas en tecnologías de carga y servicios relacionados. Estos efectos multiplicadores pueden contribuir significativamente al crecimiento económico del país.
La adopción de la electromovilidad también puede aumentar la independencia energética de Chile, ya que el país puede generar electricidad a partir de fuentes renovables locales, como la solar y la eólica, en lugar de depender de las importaciones de petróleo.
En conjunto, estas oportunidades y soluciones fortalecen la perspectiva optimista para la electromovilidad en Chile, allanando el camino hacia un futuro más sostenible y próspero para todos.