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Economía circular y reciclaje de baterías de vehículos eléctricos

Escrito por Daniel Ramírez

El reciclaje de baterías se ha convertido en una preocupación crucial en la era de los vehículos eléctricos y la movilidad sostenible. La movilidad eléctrica ha irrumpido en la escena automotriz como una solución para abordar los desafíos medioambientales y climáticos. Los vehículos eléctricos (VE) están en constante evolución y ya son opción popular para reducir las emisiones de carbono. Sin embargo, esta transición no está exenta de desafíos, especialmente cuando se trata de las baterías que impulsan estos vehículos.

En este artículo, exploraremos la economía circular aplicada al reciclaje de baterías de vehículos eléctricos, un enfoque esencial en la era de la electromovilidad. Desde la evolución de los VE y sus baterías hasta la gestión integral del ciclo de vida de estas baterías, pasando por los desafíos y estrategias de reciclaje y reutilización. ¿Listos para adentrarnos en este viaje hacia un futuro automotriz más sostenible? ¡Acompáñanos!

 

¿Qué es economía circular y por qué es esencial en la era de los vehículos eléctricos?

En un mundo donde los recursos son limitados, surge la necesidad de repensar cómo consumimos y desechamos. Aquí es donde entra en juego la economía circular, un modelo que desafía la tradicional "extraer, fabricar, desechar" y propone un enfoque renovado. 

En lugar de visualizar a los productos en una línea de inicio y fin, la economía circular los ve como parte de un ciclo continuo, donde nada se desperdicia y todo tiene potencial de reutilización o regeneración. Es una visión que no solo busca proteger nuestro planeta, sino también impulsar la innovación y crear nuevas oportunidades económicas.

Pero, ¿por qué estamos hablando de esto ahora?

El auge de los vehículos eléctricos, con sus promesas de transportes más limpios y ciudades menos contaminadas, ha conquistado las calles de toda América Latina. Sin embargo, junto con su popularidad, surge un interrogante crucial: ¿Qué hacemos con las baterías de estos vehículos cuando llegan al final de su vida útil? Este no es un problema menor. Las baterías, que son el corazón de estos vehículos, están compuestas por materiales valiosos y, en algunos casos, tóxicos. Desperdiciarlas o manejarlas inadecuadamente podría desencadenar desafíos ambientales y económicos significativos para nuestra región.

Por lo tanto, mientras celebramos la revolución de los vehículos eléctricos en LATAM, es fundamental abordar este aspecto para garantizar que el cambio hacia una movilidad más sostenible no genere nuevos problemas, sino que, por el contrario, abra puertas hacia una verdadera sostenibilidad integral.

 

Evolución de los vehículos eléctricos y sus baterías

Los vehículos eléctricos hicieron su debut en el escenario automovilístico a principios del siglo XX. Sin embargo, su adopción fue limitada debido a las baterías de plomo-ácido que ofrecían una autonomía reducida. En esa época, los vehículos de gasolina y diésel dominaban la industria.

Todo cambió con la llegada de las baterías de litio, que transformaron por completo la dinámica de los VE. Estas baterías, inicialmente exclusivas de vehículos de lujo como Tesla, comenzaron a ganar terreno. Entre 2015 y 2020, experimentamos un auge en el desarrollo de baterías de litio más avanzadas y eficientes, lo que resultó en una amplia variedad de VE disponibles en el mercado.

El coste de las baterías de litio disminuyó un 97% en la última década, pasando de $1,100 por kWh en 2010 a solo $132 en 2021, a pesar de algunas fluctuaciones causadas por la pandemia y problemas en la cadena de suministro.¹

La tecnología de baterías también permitió a los VE ofrecer distancias de recorrido cada vez mayores con una sola carga, como el Nissan Leaf, que aumentó su autonomía de 200 km en 2012 a 570 km en 2019.

Sin embargo, surge un desafío crucial: el bajo índice de reciclaje de estas baterías, que actualmente oscila entre el 5 y el 10%. A pesar de su vida útil de 8-10 años en VE, estas baterías aún tienen un gran potencial después de su ciclo inicial.

En lugar de intentar reparar las baterías de manera riesgosa, la tendencia apunta hacia la reutilización de partes funcionales en nuevas aplicaciones, como sistemas de almacenamiento de energía.

 

Clases de vehículos eléctricos y sus tipos de baterías

Para comprender los vehículos eléctricos (VE), es esencial clasificarlos según su tipo de motor y método de carga. Esta categorización ayuda a identificar mejor las diferencias clave entre los diferentes VE. Las baterías desempeñan un papel crucial en esta clasificación. Su tamaño, peso y tipo tienen un impacto significativo en su potencial de reutilización o reciclaje.

Veamos cómo se agrupan los VE según estas características:

  • Por tipo de motor: Los VE se pueden dividir en varias categorías según su tipo de motor, como vehículos eléctricos de batería (BEV), vehículos eléctricos híbridos (HEV), vehículos eléctricos híbridos enchufables (PHEV) y vehículos eléctricos de celdas de combustible de hidrógeno (FCEV).
  • Por método de carga: La forma en que se cargan los VE también es un factor de clasificación importante. Algunos se cargan exclusivamente a través de enchufes eléctricos, mientras que otros combinan la carga eléctrica con la generación de energía a través de la frenada regenerativa o incluso con celdas de combustible de hidrógeno.

En cuanto a las baterías, su tamaño, peso y tipo varían según el tipo de VE. Por ejemplo, los VE livianos suelen utilizar baterías más pequeñas pero numerosas, mientras que los VE pesados requieren baterías más grandes y complejas debido a sus necesidades de energía y autonomía.

Es importante tener en cuenta estas diferencias, ya que influyen en cómo se gestionan las baterías al final de su vida útil y cómo se abordan los desafíos de reutilización y reciclaje.

Las baterías más pequeñas y ligeras pueden tener aplicaciones de "segunda vida" más fáciles en sistemas de almacenamiento de energía o en otros dispositivos, mientras que las baterías más grandes pueden requerir procesos de reciclaje más complejos debido a su tamaño y diseño. Además, las baterías más grandes a menudo contienen una cantidad significativa de materiales valiosos que pueden ser recuperados a través del reciclaje, lo que hace que su gestión sea aún más crítica en términos de sostenibilidad y economía circular.

 

Clases de vehículos eléctricos y baterías 
Tipo de VE
Potencia del motor (kW)
Energía de la batería (kWh)
Tipo de batería
Volumen de la batería (l)
Peso de la batería (kg)
Bicicleta eléctrica
o monopatín (BEV)

0.25-1.0

0.5-1.5

Litio

0.75-2.5

2.3-8

Motocicleta
eléctrica
(BEV)

0.8-5

1.5-5

Litio / pb-ácido

3-10

10-25

Micro auto eléctrico (BEV)

5-15

5-20

Litio / pb-ácido

20-40

30-100

Auto eléctrico de
gama media (BEV)

20-60

30-50

Litio

70-130

200-320

Auto eléctrico de
gama alta (BEV)

90-220

75-100

Litio

180-220

450-550

Auto híbrido no enchufable (HEV)

30-80

1.5-10

Níquel-hidruro metálico

20-140

50-235

Auto híbrido
enchufable (PHEV)

50-80

10-15

Níquel-hidruro metálico o litio

120-220

200-350

e-Bus de 50-70 pasajeros (BEV)

180-350

250-500

Litio (litio-hierro-fosfato)

2500-6500

1200-3000

Fuente

 

Características de los tipos de baterías

Comprender estas características de las baterías es fundamental para tomar decisiones informadas sobre la reutilización y reciclaje de las baterías. Aquí, presentamos una descripción simplificada de las principales baterías utilizadas en vehículos eléctricos y sus propiedades distintivas:

 

1. Batería de plomo-ácido

  • Composición: Hecha con celdas que contienen placas de plomo y óxido de plomo, y un electrolito de ácido sulfúrico.
  • Uso común: Arranque de autos, alimentación ininterrumpida (UPS), energía de respaldo y acumulación de energía renovable en sistemas pequeños.
  • Características: Tiene una energía específica baja, haciéndolas menos adecuadas para vehículos eléctricos de largo alcance.
  • Aspectos ambientales: El plomo es tóxico, por lo que su manipulación y disposición requieren medidas especiales.
  • Reciclaje: El plomo, que es el componente principal, se recicla ampliamente debido a su valor y facilidad de recuperación.

 

2. Batería de níquel-hidruro metálico (Ni-MH)

  • Composición: Contienen celdas alcalinas.
  • Uso común: Vehículos eléctricos híbridos, principalmente de origen japonés.
  • Características: Alta densidad de potencia, pero menor densidad de energía y energía específica en comparación con las baterías de litio.
  • Aspectos ambientales: Menor impacto ambiental que las baterías basadas en litio, pero con un menor rendimiento general.
  • Reciclaje: Los materiales dentro de las celdas, como el níquel, son valiosos y reciclables.

 

3. Batería de óxido de litio níquel manganeso y cobalto (NMC)

  • Composición: Principalmente de níquel, manganeso y cobalto.
  • Uso común: Vehículos eléctricos y sistemas de almacenamiento de energía.
  • Características: Alta densidad energética y un buen balance entre potencia y estabilidad.
  • Aspectos ambientales: La extracción de cobalto ha suscitado preocupaciones éticas y ambientales.
  • Reciclaje: A medida que estas baterías se vuelven más comunes, los procesos de reciclaje están evolucionando para recuperar más materiales.

 

4. Batería de litio-hierro fosfato (LFP)

  • Composición: Utiliza fosfato de hierro (FePO₄) como material catódico.
  • Uso común: Vehículos eléctricos, sistemas de almacenamiento de energía y aplicaciones industriales.
  • Características: Menor densidad energética que las NMC, pero muy seguras y con un ciclo de vida más largo.
  • Aspectos ambientales: Menor impacto ambiental en comparación con otras baterías de litio, especialmente porque no contienen cobalto.
  • Reciclaje: Aunque son relativamente nuevas, existen procesos para reciclar y reutilizar los materiales de estas baterías.

 

5. Supercapacitores

  • Composición: Almacenan energía en forma de campos eléctricos entre dos electrodos, generalmente hechos de carbón activado.
  • Uso común: Electrónica de potencia y vehículos eléctricos, especialmente durante arranques y frenados.
  • Características: Pueden cargarse y descargarse rápidamente, con una larga vida útil.
  • Aspectos ambientales: Menor impacto ambiental en comparación con baterías tradicionales debido a la ausencia de productos químicos tóxicos.
  • Reciclaje: Aunque tienen una vida útil larga, los materiales utilizados son en gran parte reciclables.

 

Impacto de la electromovilidad en la demanda de materiales para baterías

La creciente adopción de la electromovilidad ha tenido un profundo impacto en la demanda de materiales clave utilizados en la fabricación de baterías. Esto ha llevado a un aumento significativo en la necesidad de minerales como cobre, níquel, grafito, manganeso, cobalto y litio, con consecuencias en los precios y la estabilidad de las cadenas de suministro globales.

Sin embargo, es importante destacar que la escasez de estos materiales varía considerablemente. Mientras que el manganeso, el aluminio y el cobre son relativamente abundantes y disponibles, otros elementos como el cobalto y el litio se consideran críticos debido a su limitada disponibilidad y a cuestiones geopolíticas. Por ejemplo, China ejerce un control significativo sobre la producción mundial de grafito, con una participación del 84%.

Existen preocupaciones éticas y ambientales, especialmente en la extracción de cobalto, que se concentra en gran medida en la República Democrática del Congo, una región afectada por problemas de gobernanza, prácticas laborales cuestionables y falta de cuidado ambiental.

En términos de suministro, se ha observado un desequilibrio importante, en particular en el caso del litio. Los proyectos mineros esenciales para satisfacer esta creciente demanda pueden llevar años en desarrollarse, mientras que la demanda ha aumentado rápidamente, generando alzas en los precios. Ante esta situación, fabricantes de vehículos eléctricos, como Tesla, han optado por la integración vertical y establecido alianzas estratégicas con proveedores para garantizar un acceso continuo a estos recursos esenciales.

En una perspectiva futura, el reciclaje de baterías usadas emerge como una oportunidad valiosa para recuperar minerales, y se prevé un crecimiento sustancial en este mercado para el año 2030.

A medida que el mundo se recupera de la pandemia, la demanda de metales para baterías se revitalizó en 2021, impulsando la creación de nuevos proyectos mineros. No obstante, es importante destacar el dominio de China en la industria de conversión química para baterías, lo que le otorga un control considerable sobre el mercado de metales críticos. Esto resalta la necesidad de diversificar las cadenas de suministro, especialmente para regiones como Europa y Estados Unidos, que actualmente dependen en gran medida de importaciones para sus materias primas.

 

Materiales y minerales presentes en baterías de litio con valor de reciclaje

Las baterías de litio, ampliamente utilizadas en vehículos eléctricos, están compuestas por una diversidad de minerales y materiales. Estas baterías se descomponen en celdas con diferentes composiciones que incluyen cátodos, ánodos y electrolitos. Además, en la construcción completa de la batería se incorporan materiales adicionales, como componentes estructurales y sistemas de refrigeración.

Al llegar al final de su vida útil, las baterías pueden ser revalorizadas a través de la minería secundaria, ya que contienen materiales valiosos que no son fácilmente accesibles en muchos lugares.

Por ejemplo, un vehículo eléctrico típico alberga baterías compuestas por aluminio, acero, plásticos y cantidades considerables de grafito y níquel. A pesar de que la presencia de litio en las celdas no es alta, su proceso de obtención natural lo cataloga como un recurso de gran valor.

El cobre, que se encuentra en mayor cantidad en vehículos eléctricos en comparación con los de combustión, es vital, aunque su demanda global está influenciada por otras industrias. No obstante, se anticipa un aumento significativo en la necesidad de cobre para la electromovilidad en los próximos años, lo que impulsará la minería sostenible de este metal.

En lo que respecta al reciclaje, los componentes más buscados en las baterías de litio son el cobalto, litio, níquel, manganeso y grafito, que se recuperan comúnmente como una entidad conocida como "masa negra". Por otro lado, metales como aluminio y cobre tienen rutas comerciales establecidas para su reutilización. Es de suma importancia reciclar estas baterías de manera adecuada, no solo por motivos económicos, sino también para asegurar la sostenibilidad ambiental, siendo el reciclaje una alternativa más respetuosa con el medio ambiente en comparación con la simple eliminación.

En resumen, los materiales de una batería de litio que generalmente se reciclan y tienen un valor significativo en el mercado de reciclaje son:

  • Litio: Aunque presente en cantidades relativamente pequeñas, el litio es un recurso valioso debido a la complejidad y costo de su extracción natural.
  • Cobalto: Es uno de los componentes más costosos de las baterías de iones de litio y es esencial para muchos diseños de baterías.
  • Níquel: Utilizado en ciertos tipos de celdas de baterías de litio, es otro metal valioso que puede ser reciclado.
  • Manganeso: Otro componente presente en algunos cátodos de baterías de litio.
  • Grafito: Empleado en el ánodo de las baterías de iones de litio.
  • Cobre: Presente en los colectores de corriente del ánodo.
  • Aluminio: Usado en los colectores de corriente del cátodo y en algunas carcasas de baterías.

 

Gestión integral del ciclo de vida de las baterías: reciclaje y reutilización

La gestión integral del ciclo de vida de las baterías, que incluye su reciclaje y reutilización, se ha convertido en un pilar fundamental para abordar los impactos ambientales y promover un futuro tecnológicamente sostenible.

En un mundo donde la electromovilidad y la dependencia de dispositivos electrónicos están en constante crecimiento, las baterías, especialmente las de litio, son esenciales pero también representan una preocupación medioambiental. La gestión adecuada al final de su vida útil es crítica para asegurar un futuro sostenible.

Tratar estos residuos de manera responsable desde perspectivas ambientales y económicas es esencial. Antes de desecharlas, se busca reutilizarlas en aplicaciones menos exigentes, ofreciendo una "segunda vida". Si la reutilización no es viable, el desmantelamiento y el reciclaje de sus componentes se convierten en objetivos clave.

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Históricamente, las baterías de litio se consideraban simplemente residuos peligrosos, con escasa atención a su reutilización o reciclaje. Sin embargo, esta perspectiva ha evolucionado en años recientes.

Si bien algunos países ya han implementado la reutilización o reciclaje de baterías, otros, especialmente en América Latina, aún no cuentan con la infraestructura necesaria ni el conocimiento para abordar estos residuos.

Hacia 2030, se estima que habrá aproximadamente 11 millones de toneladas de baterías de litio usadas a nivel global, lo que refleja el auge de tecnologías basadas en baterías. Esta situación plantea desafíos en términos de gestión ambiental, pero también representa un recurso potencial si se maneja de manera adecuada.

 

Impacto medioambiental de baterías desechadas

Las baterías, particularmente las de iones de litio, son estructuras químicas complejas que contienen varios metales pesados y compuestos tóxicos. La gestión inapropiada de estas baterías al final de su vida útil puede tener consecuencias ambientales significativas.

La gestión adecuada de las baterías al final de su vida útil es más que una cuestión técnica o económica; es una responsabilidad ambiental y social. Abordar la disposición de baterías desde una perspectiva integral y sostenible puede ayudar a mitigar estos impactos y preservar tanto la salud del planeta como la de sus habitantes.

  • Contaminación del suelo y del agua: La disposición inadecuada de baterías, como en vertederos convencionales, puede resultar en la filtración de compuestos químicos y metales al suelo con el tiempo. Estos elementos tóxicos pueden contaminar las fuentes de agua subterránea y, por lo tanto, ríos y lagos. Esta contaminación no solo afecta a la vida acuática, sino que también puede representar un riesgo para la salud humana cuando se utiliza agua contaminada para consumo o riego.
  • Presión sobre recursos naturales: La fabricación de baterías requiere la extracción de una variedad de materiales valiosos y, en algunos casos, escasos. Cada batería desechada sin reciclar representa la pérdida de estos materiales y aumenta la presión sobre las reservas naturales. Continuar con esta tendencia incrementa la necesidad de la extracción minera, lo que a su vez conlleva desafíos ambientales y sociales, como deforestación, pérdida de biodiversidad y conflictos comunitarios.
  • Residuos tóxicos y salud humana: Las baterías desechadas pueden convertirse en una fuente de exposición directa a compuestos tóxicos. Los trabajadores en vertederos o personas que recuperan materiales de manera informal, sin las protecciones adecuadas, pueden estar expuestos a estos compuestos, lo que representa un riesgo significativo para su salud.

 

Beneficios de la economía circular de baterías

La implementación de una economía circular para las baterías no solo reduce los residuos y la contaminación, sino que también conserva recursos, ahorra energía y crea oportunidades de empleo. Además, promueve la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental en un mundo tecnológicamente avanzado y consciente.

La economía circular es un enfoque que busca cerrar el ciclo de vida de los productos, desde su diseño hasta su disposición final, pasando por su uso y reutilización. En el caso de las baterías, esto implica maximizar su vida útil, reutilizarlas en otras aplicaciones y reciclar sus componentes al máximo. Aquí se detallan los beneficios de aplicar este modelo en el contexto de las baterías:

  • Reducción de residuos y contaminación: Al adoptar una mentalidad circular, las baterías se diseñan no solo para ser duraderas, sino también para ser reutilizables y reciclables. Esto significa menos baterías terminando en vertederos y, por lo tanto, menos posibilidad de contaminación del suelo y el agua.
  • Conservación de recursos: Reciclar y reutilizar las baterías reduce la demanda de materiales vírgenes para fabricar baterías nuevas. Esto alivia la presión sobre las reservas naturales y minimiza los impactos ambientales y sociales de la extracción minera.
  • Ahorro energético: El proceso de reciclaje de materiales existentes generalmente consume menos energía que la producción desde cero. Por lo tanto, reciclar componentes de baterías puede resultar en un ahorro energético significativo a largo plazo.
  • Generación de empleo: La economía circular promueve la creación de nuevos puestos de trabajo en áreas como la recolección, clasificación, reutilización y reciclaje de baterías. Estos empleos pueden ayudar a fortalecer las economías locales y brindar oportunidades laborales en sectores emergentes.
  • Promoción de la sostenibilidad: Un modelo circular integra prácticas sostenibles en todas las etapas de la vida de un producto. Esto refuerza el compromiso de las empresas con la sostenibilidad y fomenta la innovación en soluciones más limpias y eficientes.
  • Responsabilidad ambiental y conciencia social: Al adoptar un enfoque circular, las empresas y los consumidores demuestran una responsabilidad activa hacia el medio ambiente y la sociedad. Esto puede fortalecer la reputación de las marcas y fomentar un cambio cultural hacia prácticas más responsables y conscientes.

 

Desafíos en el reciclaje de baterías

Reciclar y reutilizar baterías enfrenta varios desafíos y obstáculos que deben abordarse:

  • Costos asociados: El reciclaje de baterías requiere inversiones significativas en infraestructura y tecnología.
  • Falta de infraestructura: En muchas áreas, la infraestructura para recolectar y procesar baterías es insuficiente o inexistente.
  • Necesidad de estándares de diseño: Diseñar baterías de manera estandarizada es esencial para facilitar su reciclaje; sin estándares, cada batería puede requerir un proceso de reciclaje diferente, lo que complica y encarece el proceso.
  • Normativas y legislaciones: A menudo, las leyes no están alineadas con la promoción de la economía circular, lo que puede ser un obstáculo para el desarrollo efectivo de prácticas de reciclaje.
  • Regulaciones regionales
    • Chile: Aunque no cuenta con regulaciones específicas, Chile está desarrollando normas para la reutilización y reciclaje de baterías de litio en línea con su Estrategia Nacional de Electromovilidad.
    • Uruguay: Tiene regulaciones que consideran las baterías de plomo-ácido y está trabajando en la incorporación de baterías de vehículos eléctricos a estas regulaciones.
    • Colombia: No cuenta con legislación específica en términos de economía circular para baterías de vehículos eléctricos, pero está trabajando en la creación de regulaciones específicas para abordar estos temas.
  • Actores clave y responsabilidades
    • Fabricantes e importadores de baterías: Responsables de diseñar y fabricar baterías seguras y eficientes, implementar estrategias de eco-diseño y cumplir con regulaciones ambientales.
    • Fabricantes e importadores de baterías: Responsables de diseñar y fabricar baterías seguras y eficientes, implementar estrategias de eco-diseño y cumplir con regulaciones ambientales.
    • Usuarios finales: Deben usar y mantener las baterías adecuadamente y entregarlas al final de su vida útil a sistemas de recolección o reciclaje autorizados.
    • Empresas de mantenimiento y reparación de vehículos eléctricos: Responsables del mantenimiento adecuado de las baterías y de gestionar su recolección y entrega a procesadores de residuos autorizados.
    • Procesadores de residuos y centros de reciclaje: Encargados de desmontar, reciclar y recuperar materiales valiosos de las baterías, así como de la disposición segura de los residuos no reciclables.
    • Gobiernos y reguladores: Deben establecer y hacer cumplir regulaciones ambientales relacionadas con la gestión de baterías, promover programas de responsabilidad extendida del productor (REP) y supervisar la gestión de residuos de baterías.
    • Organizaciones de investigación y desarrollo: Realizan investigaciones para desarrollar tecnologías y métodos de reciclaje eficientes y sostenibles, así como soluciones innovadoras para la reutilización de baterías en aplicaciones secundarias.
    • Sistemas de gestión de residuos: Implementan sistemas de recolección y logística para la recogida selectiva de baterías usadas y colaboran con fabricantes e importadores para garantizar una gestión adecuada.
    • Consumidores y educación pública: Deben ser educados sobre la importancia de una gestión adecuada de las baterías y participar activamente en programas de devolución y reciclaje de baterías usadas.

 

Estrategias de reutilización de baterías

La reutilización de baterías es una estrategia que no solo disminuye la cantidad de residuos electrónicos, sino que también conlleva considerables ventajas económicas y medioambientales. No obstante, es esencial llevar a cabo estas prácticas de forma responsable, cumpliendo con rigurosos estándares de seguridad y rendimiento para asegurar su efectividad y satisfacción del usuario. A continuación, exploraremos en detalle estas estrategias:

 

Second Life (Segunda vida)

La estrategia de Second Life implica brindar una segunda oportunidad a las baterías al utilizarlas en aplicaciones secundarias después de que su capacidad de almacenamiento de energía haya disminuido al punto de no ser adecuadas para vehículos eléctricos.

Las baterías que ya no cumplen con los requisitos para vehículos pueden encontrar una nueva vida en aplicaciones como el almacenamiento de energía en hogares, empresas o instalaciones industriales. Estas baterías aún pueden retener una cantidad significativa de capacidad útil y, por lo tanto, pueden aprovecharse en aplicaciones de respaldo de energía, reducción de picos de demanda o almacenamiento de energía renovable.

Beneficios

  • Reducción de residuos electrónicos y su impacto ambiental.
  • Amortización adicional de la inversión inicial en baterías.
  • Contribución a la estabilización de la red eléctrica mediante el almacenamiento de energía.

 

Reparación y reacondicionamiento

Esta estrategia implica la restauración y mejora de baterías usadas con el objetivo de extender su vida útil y mantener su rendimiento en niveles óptimos.

La reparación y el reacondicionamiento pueden incluir la sustitución de celdas individuales defectuosas o ajustes de parámetros de carga y descarga. También puede abarcar la limpieza y el mantenimiento de componentes eléctricos y electrónicos.

Las baterías reacondicionadas pueden volver a utilizarse en vehículos eléctricos o encontrar aplicaciones en sistemas de almacenamiento de energía, siempre que cumplan con los estándares de rendimiento y seguridad.

Beneficios

  • Reducción de la necesidad de fabricar nuevas baterías.
  • Menor costo en comparación con la adquisición de baterías nuevas.
  • Reducción de residuos y menor impacto ambiental.

 

Estrategias de reciclaje de baterías

Las estrategias de reciclaje desempeñan un papel esencial en la gestión sostenible de las baterías de vehículos eléctricos al final de su vida útil. Estas prácticas contribuyen a minimizar el impacto ambiental y promueven una economía circular al recuperar materiales valiosos. A continuación, se detallan las estrategias de reciclaje clave:

 

Reciclaje mecánico

El reciclaje mecánico implica la trituración de las baterías y la separación de sus componentes mediante procesos físicos, como la separación por gravedad o el uso de tamices y separadores magnéticos.

Este proceso puede separar materiales como celdas, electrodos, placas metálicas y plásticos. Las celdas se desintegran y los materiales se pueden reutilizar para la fabricación de nuevas baterías o en otras aplicaciones industriales.

Beneficios

  • Reducción de residuos electrónicos y aprovechamiento de materiales valiosos.
  • Economía circular al reintroducir materiales en la cadena de producción.
  • Menos extracción de recursos naturales.

 

Reciclaje hidrometalúrgico

El reciclaje hidrometalúrgico involucra el uso de soluciones químicas para disolver y separar los metales de las baterías.

Las baterías se tratan con soluciones ácidas o alcalinas para disolver los metales, que luego se separan y recuperan mediante procesos químicos y electroquímicos.

Este método es especialmente útil para recuperar metales como el litio, cobalto, níquel, manganeso y aluminio de las baterías de iones de litio.

Beneficios

  • Alta eficiencia en la recuperación de metales valiosos.
  • Menos residuos químicos peligrosos si se gestionan adecuadamente.
  • Contribución a la gestión sostenible de recursos.

 

Reciclaje pirometalúrgico

El reciclaje pirometalúrgico implica procesos de alta temperatura, como la fusión y la refinación, para extraer metales de las baterías. Este método se utiliza para recuperar metales valiosos como el cobalto, el níquel y el hierro.

Las baterías se someten a altas temperaturas, lo que permite que los metales se fundan y se separen de los materiales no metálicos.

Beneficios

  • Eficiente recuperación de metales en estado puro.
  • Posibilidad de tratamiento de baterías con contaminantes.
  • Reducción de residuos y aprovechamiento de recursos.

 

Reciclaje circular de los componentes de las baterías

El reciclaje y la reutilización de los componentes de las baterías son estrategias esenciales para garantizar una gestión sostenible de las baterías de vehículos eléctricos y reducir su impacto ambiental, al tiempo que se aprovechan los valiosos recursos contenidos en estas baterías.

El diagrama abajo es una representación visual del flujo de materiales de las baterías en vehículos eléctricos en el marco de una economía circular. En este flujo cerrado, los materiales de las baterías se reincorporan al proceso de fabricación, reduciendo la necesidad de extraer nuevos recursos.

 

Diagrama de reciclaje circular de baterías

economía-circular-reciclaje-de-baterías

Fuente

 

A continuación, una explicación detallada de cómo se reciclan los componentes de las baterías y el propósito que cumplen después de su reciclaje:

  • Extracción de materiales minerales: Se extraen diversos minerales como Litio (Li), Cobalto (Co), Níquel (Ni), Cobre (Cu), Aluminio (Al), entre otros, que son esenciales para la fabricación de baterías.
  • Refinado químico: Una vez extraídos, estos minerales pasan por procesos de refinado químico para obtener compuestos puros y de alta calidad que se utilizarán en la fabricación de baterías.
  • Fabricación de baterías y componentes: Estos compuestos refinados se utilizan para fabricar baterías de litio y baterías de níquel-hidruro metálico. Además, se utilizan en la producción de componentes como electrodos.
  • Uso en vehículos eléctricos: Las baterías se instalan en vehículos eléctricos, proporcionando la energía necesaria para su funcionamiento.
  • Fin de la primera vida: Con el tiempo, la capacidad y eficiencia de las baterías disminuyen. Al llegar a este punto, las baterías tienen dos posibles destinos:
    • Segunda vida: Antes de ser desechadas, algunas baterías todavía pueden tener suficiente capacidad para ser reutilizadas en aplicaciones menos exigentes, dándoles una "segunda vida". Por ejemplo, se pueden usar en sistemas de almacenamiento de energía a nivel doméstico o industrial.
    • Reciclado: Las baterías de litio se desmontan y se recuperan materiales valiosos como el níquel, cobalto, litio, entre otros. Estos materiales reciclados pueden ser reintroducidos en el proceso de fabricación de nuevas baterías o utilizados en otras industrias.

 

Casos de éxito de reciclaje de baterías

Estos casos de éxito ilustran cómo empresas, ciudades y países pueden abordar de manera efectiva la gestión sostenible de baterías de vehículos eléctricos mediante estrategias de reutilización y reciclaje, contribuyendo así a la economía circular y la protección del medio ambiente.

 

Tesla, Estados Unidos

  • Logro: Tesla, una de las principales empresas de vehículos eléctricos, ha implementado con éxito programas de reutilización y reciclaje de baterías.
  • Second life: Tesla ofrece programas de "segunda vida" para sus baterías usadas, prolongando su utilidad en aplicaciones de almacenamiento de energía.
  • Reciclaje: La compañía ha desarrollado métodos avanzados de reciclaje para recuperar metales y materiales valiosos de sus baterías desechadas.
  • Impacto: Tesla ha integrado eficazmente la gestión sostenible de baterías en su cadena de valor, reduciendo residuos y promoviendo la economía circular.

 

China

  • Logro: China lidera la producción y reciclaje de baterías de vehículos eléctricos.
  • Reciclaje a gran escala: El país ha establecido numerosas plantas de reciclaje de baterías de iones de litio a gran escala, recuperando metales como cobalto, níquel y litio para su reutilización.
  • Regulación: China ha implementado regulaciones estrictas para garantizar la recolección y reciclaje adecuados de las baterías usadas.
  • Impacto: China demuestra cómo la planificación sólida y la infraestructura adecuada facilitan el reciclaje y la gestión sostenible de baterías.

 

Redwood Materials, Estados Unidos

  • Logro: Redwood Materials, fundada por el ex director de tecnología de Tesla, JB Straubel, se especializa en el reciclaje y reutilización de baterías de vehículos eléctricos.
  • Tecnología innovadora: La empresa ha desarrollado tecnologías avanzadas para el reciclaje de baterías, incluida la recuperación de materiales valiosos.
  • Colaboraciones estratégicas: Redwood Materials colabora con fabricantes de automóviles y otros actores de la industria para cerrar el ciclo de vida de las baterías de manera sostenible.
  • Impacto: La empresa muestra cómo la innovación y la colaboración pueden impulsar el reciclaje y la economía circular en la industria de vehículos eléctricos.

 

Países Bajos

  • Logro: Los Países Bajos se destacan por sus esfuerzos en la gestión de baterías de vehículos eléctricos.
  • Red de recarga: El país ha invertido en una amplia red de estaciones de recarga de vehículos eléctricos, fomentando la adopción de estos vehículos.
  • Reciclaje y regulación: Los Países Bajos cuentan con regulaciones sólidas para la recolección y el reciclaje de baterías usadas, promoviendo la sostenibilidad y la economía circular.
  • Impacto: Los Países Bajos demuestran cómo la combinación de infraestructura de carga y regulaciones efectivas puede impulsar la adopción de vehículos eléctricos y garantizar una gestión sostenible de las baterías.

 

Conclusión

La economía circular es esencial para abordar de manera efectiva el ciclo de vida de las baterías de vehículos eléctricos. La rápida adopción de estos vehículos está generando una cantidad significativa de baterías al final de su vida útil, lo que hace que su gestión adecuada sea fundamental. La reutilización, reparación y reciclaje de estas baterías son estrategias clave para prolongar su vida útil, reducir el impacto ambiental y disminuir la necesidad de extraer nuevos recursos. 

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