Como toda nueva tecnología, la electromovilidad levanta muchas preguntas y también prejuicios sobre su funcionamiento. Por eso, responderemos a 4 de los mitos más comunes de la electromovilidad. Estos mitos en parte nacen por los primeros vehículos eléctricos que hubo en circulación, pero estamos seguros de que luego de leer este artículo te sorprenderás de la velocidad con que se ha desarrollado esta tecnología y lo que viene en los próximos años.
Mito 1: un vehículo eléctrico tiene poca autonomía.
Cuando aparecieron los primeros modelos de autos eléctricos, se hablaba de autonomías que rondaban los 100 kilómetros, y por tanto en su mayoría eran parte de programas pilotos o eran comprados por personas con una sensibilidad especial con el tema. Sin embargo, los vehículos eléctricos vendidos hoy fácilmente alcanzan un rango de 300 kilómetros con una carga, y ya existen fabricantes que reclaman cifras de hasta 1.000 kilómetros, llegando así a superar con creces a sus pares de combustión interna.
Esto tiene relación en gran parte con la batería que acompaña al vehículo, bajo un concepto conocido como “densidad energética”. La densidad energética básicamente es la cantidad de energía que puede almacenar una batería en una unidad de espacio (típicamente litros).
Si revisamos el desarrollo de la densidad energética de las baterías en los últimos años, vemos que se ha multiplicado por 8 y se espera que siga creciendo, lo que traerá cada vez mejores resultados para los vehículos eléctricos.
Fuente: Oficina de Tecnologías de Vehículos del Departamento de Energía (DOE) España
Mito 2: los vehículos eléctricos serán inaccesibles en precio por mucho tiempo más.
Frente a los precios con los que fueron lanzados los vehículos eléctricos en su inicio, muchas personas quedaron con la idea de que son vehículos de lujo, y que lo seguirán siendo por muchos años más. De hecho, en muchos países, éstos eran (o son…) gravados con impuestos a bienes de lujo, haciéndolos aún más prohibitivos.
Sin embargo, la realidad hoy es que los precios han disminuido y ya existen modelos que en su versión eléctrica cuestan “solo” un 40% más que su par a combustión. Si a esto le sumas que los costos de conducción son muchísimo menores (hasta 3 veces) y que las mantenciones son más económicas, ya puede ser el caso de que te sea más conveniente comprar un vehículo eléctrico.
Siendo las baterías el componente más costoso de un vehículo eléctrico, la mejora en eficiencia de éstas es uno de los factores más relevantes para esta mejora en los precios. Se suma además el aumento en la producción mundial y el desarrollo de otros componentes de los vehículos eléctricos. De hecho, estudios encargados por Bloomberg concluyeron que tan pronto como el 2026, un vehículo eléctrico costará lo mismo que uno a combustión.
Mito 3: los vehículos eléctricos tardan demasiado tiempo en cargar.
¿Sabes cuánto tiempo puede tomar en cargar la batería de tu auto eléctrico en la red eléctrica domiciliaria? Bueno, incluso 20 horas o más para un 100% de la carga. ¡Esto es mucho tiempo!
Pero, ¿sabías que con un cargador rápido, la mayoría de los vehículos eléctricos logran un 80% de carga en solo 30 minutos? Este es el tipo de cargador que suele haber en las estaciones de carga, e incluso puedes instalar uno de media velocidad en tu hogar. Y como todo en este rubro, la tecnología avanza: hoy ya hay vehículos que en menos de 5 minutos logran una carga para 100 kilómetros de ruta. Por lo tanto, la tendencia será también a que estos tiempos sigan disminuyendo.
Mito 4: los vehículos eléctricos son 100% cero emisiones.
Este es quizás un mito difícil de aceptar: un vehículo eléctrico no necesariamente es cero emisiones. ¿En qué sentido? Un vehículo eléctrico no emite contaminantes al andar, pero la energía eléctrica con la que se carga puede haber sido producida con fuentes altamente contaminantes como el carbón. Así mismo, en su producción y transporte probablemente también se emitieron gases de efecto invernadero. Ahora bien, de todas formas los estudios muestran que durante toda la vida del vehículo eléctrico contaminará menos que su par a combustión interna.
De hecho, según las cifras del departamento de Energía de EEUU, la emisión de gases de efecto invernadero durante la vida total de un vehículo a gasolina es mucho mayor a uno eléctrico, y esta diferencia es aún mayor si se logra conseguir electricidad de fuentes renovables.
Fuente: Argonne National Laboratory, U.S. Department of Energy
¿Qué debemos hacer con esto entonces? De manera particular, buscar alternativas para cargar con energías renovables: hay estaciones de carga que certifican su energía como limpia, o incluso personas y empresas que instalan paneles solares para cargar sus vehículos y alimentar además su consumo interno. Así mismo, usar patrones de carga más amigables con el sistema eléctrico, como evitar cargar a horas de alta demanda para la red (típicamente de 5 a 11pm).
Y en términos de sociedad: impulsar el cambio de la matriz energética del país a una más limpia. Muchos países están avanzando en esto, cerrando centrales a carbón e invirtiendo fuertemente en energías renovables no convencionales. A medida que estos planes avancen, los vehículos eléctricos serán cada vez más “verdes”.
¡No le temas a la electromovilidad!
Como has podido ver, la electromovilidad avanza a pasos agigantados y lo que eran preocupaciones en un comienzo ya empiezan a ser ventajas. ¡Esperamos que luego de este artículo te sientas un poco más confiado para abrazar el cambio en el transporte!
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